Villa Educación

Jueves 28 de marzo de 2024

LA CIENCIA Y LAS ARTES: DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA

“Los mejores científicos también son artistas”

Esta frase del reconocido científico Albert Einstein describe muy bien los objetivos y la motivación que ha servido de base para el desarrollo de lo que hoy se conoce como educación STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts and Math, por sus siglas en inglés). Einstein, además de ser uno de los físicos más reconocidos de la historia, era pianista y violinista amateur. Otros ejemplos conocidos son el polímata Leonardo da Vinci, quien dejó un gran legado: pintura, escultura y diseño; o la bióloga marina Rachel Carson, quien, por su talento literario, es considerada la madre del movimiento ecologista moderno.

A lo largo del último siglo, en parte debido a los grandes avances en todas las áreas del conocimiento, la educación formal se ha ido dividiendo en disciplinas cada vez más rígidas y compartimentadas. Esta división ha generado, a su vez, una jerarquía de disciplinas del saber; jerarquía en la cual las artes y las humanidades ocupan los escalones más bajos. En algunos lugares se ha llegado a plantear, incluso, la eliminación de dichas disciplinas del currículo.

Sin embargo, investigaciones recientes desde hace un par de décadas ponen en evidencia los efectos negativos de dicho enfoque. La respuesta ha sido un movimiento cada vez más potente que apuesta por una manera diferente de pensar y educar.

El popular astrofísico Neil de Grasse Tyson explica la importancia de las artes y las humanidades de manera clara y concisa. Para él, son dos caras de la misma moneda. Algo que la educación moderna ha tardado en aceptar y aprender, pero sobre lo cual se avanza cada vez más; la educación STEAM es su expresión más articulada. Pedagogías emergentes, como el aprendizaje por proyectos, el aprendizaje colaborativo y el movimiento maker, apuestan por un enfoque interdisciplinar que parte de los conocimientos, las experiencias y las necesidades de los estudiantes y su entorno.

El enfoque competencial de estas pedagogías, metodologías y estrategias pone en evidencia el gran valor que las artes y las humanidades aportan al desarrollo cognitivo y emocional de las personas. Dicha aportación puede tomar distintas formas, para muchos las artes y las humanidades pueden ser usadas como simples herramientas en la enseñanza de las ciencias exactas. En efecto, se ha demostrado que estas pueden mejorar la motivación del alumnado por aprender y facilitar el aprendizaje de conceptos y fenómenos complejos.

No obstante, siguiendo la reflexión de Tyson, este enfoque, aunque válido y útil, no hace justicia a la aportación de las artes. Tal como expresan él mismo y Fabiola Gianotti, directora general de la organización europea para la investigación nuclear, la música, la literatura, el teatro, la danza y la pintura tienen un peso y una importancia por sí mismas. Hoy en día sabemos que aprender una segunda lengua, tocar un instrumento musical o expresarse a través de la manipulación de materiales y objetos estimula y potencia partes del cerebro que son claves para el desarrollo de la inteligencia, las actitudes colaborativas, las habilidades comunicativas y la resolución de problemas.

STEAM no significa restarle relevancia a las ciencias exactas; significa reconocer la importancia de todas las áreas del saber, entiendo que la complejidad de los retos que hoy tenemos como sociedad requieren conocimientos y competencias transversales e interdisciplinares, capacidad de adaptación, creatividad y capacidad de invención.